
Cada dos años, en los años impares, el municipio de Riosucio se convierte en escenario de una de las celebraciones más emblemáticas de Colombia: el Carnaval de Riosucio, declarado Patrimonio Cultural de la Nación. Esta fiesta única se realiza desde el primer viernes de enero hasta el miércoles siguiente, combinando comedia musical, danzas, disfraces, poesía, sátira y mucha música.
Su origen se remonta a 1847, cuando la caída de la cerca que dividía a los pueblos indígenas de Quiebralomo y La Montaña dio paso a una reconciliación histórica. Desde entonces, el carnaval simboliza la hermandad, y su personaje central, el diablo, representa la unión y el respeto entre las diferencias.
Este año, la Asamblea de Caldas sancionó la Ordenanza Mil, exaltando el inmenso valor cultural y patrimonial del carnaval. Con 12 votos a favor y 2 en contra, se rindió homenaje a quienes hacen posible esta majestuosa celebración: cuadrilleros, matachines, africanos, platanuses, y todas las generaciones que, con creatividad y amor, mantienen viva esta tradición.
La exaltación reconoce también la fuerza de las cuadrillas, agrupaciones que desfilan por las calles recitando versos de crítica social y llevando un mensaje de reflexión y comunidad, así como los inolvidables actos matachinescos, que llenan de color y picardía cada rincón de Riosucio.
Desde la Gobernación de Caldas, se reafirma el compromiso con el fortalecimiento de las costumbres que dan identidad a nuestro territorio. El Carnaval de Riosucio no solo es una fiesta: es un símbolo de unidad, memoria y orgullo para todos los caldenses.
¡Salve, salve sin par Carnaval!
