Patrimonio

El cuidado, la guarda y preservación del patrimonio en Caldas es la tarea que se han propuesto instituciones públicas y privadas del Departamento. Destino Caldas aporta a la conservación con la difusión y el conocimiento de nuestro patrimonio material e inmaterial: manifestaciones culturales, fiestas, eventos musicales, riqueza arquitectónica evidenciada en la declaración de pueblos patrimonio a Salamina y Aguadas. Y las gentes que preservan y enriquecen con sus historias, su gastronomía, su artesanía que entre otras muchas manifestaciones representan la identidad del Departamento.

Los centros históricos son aquellos núcleos urbanos que conservan rasgos de la historia local en sus edificaciones, formas y dinámicas sociales o económicas. Mompox es el único centro histórico de Colombia declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. A  nivel nacional existen 45 centros históricos con declaratoria como Bien de Interés Cultural Nacional, entre ellos el de la ciudad de Manizales y los conjuntos de Aguadas y Salamina. Los centros históricos de Caldas son parte fundamental del patrimonio regional. 

Es también Caldas, por su situación en el centro del país y estar rodeada por los ríos Cauca y Magdalena, poseedora de un inmenso patrimonio natural. Alberga además en su territorio el Parque Nacional Natural los Nevados con numerosos atractivos como Aguacerales, Valle de las Tumbas, Laguna Verde, Laguna del Otún y el paramillo del Cisne entre otros. Actualmente contiene tres de los seis glaciares que quedan en Colombia: Nevado del Ruiz, Nevado Santa Isabel y Nevado del Tolima.

CENTRO HISTÓRICO DE SALAMINA

Salamina tiene sus antecedentes históricos en dos hitos fundacionales: el primero proveniente de los indígenas Quimbayas, quienes ocuparon las laderas del municipio en busca de protección. El segundo proviene del avance de la colonización antioqueña, con una fuerte influencia de la cultura española. Estos grupos que se extendieron entre los ríos Buey y La Vieja de norte a sur, empezaron por Sonsón en Antioquia y avanzaron después hacia Aguadas en 1814 y Salamina en 1825.

La fundación del municipio fue liderada por Fermín López, en la zona conocida como Sabanalarga, entre los ríos Pocito y Chamberí y fue bautizada como Salamina. En 1827 iniciaron el traslado a la zona conocida como Encimadas, una colina sobre la cual Juan José Ospina trazó 64 manzanas de 80 metros cuadrados, con carreras trazadas de norte a sur.  Sin embargo la propiedad de los terrenos mantuvo un gran litigio con la Concesión Aranzazu que fue solucionado en 1853 a favor de los colonos de Salamina.

Las primeras construcciones de la zona urbana se caracterizan por el uso de materiales propios de la zona como la guadua, el bahareque y la cubierta en hojas de palma. A mediados del siglo XX, gracias a las bonanzas cafeteras y a la importancia comercial de  la localidad, el municipio configuró una arquitectura que combinó los materiales tradicionales con nuevas formas espaciales y decorativas en sus construcciones, que se han mantenido hasta la actualidad.

Arquitectura tradicional

El Centro Histórico de Salamina se caracteriza por ser una arquitectura tradicional y no de época, es decir, no responde a las condiciones de un período histórico como el prehispánico o el colonial, sino que es una arquitectura establecida desde un tiempo pasado que se reproduce en el tiempo, imprimiendo nuevas formas, pero conservando las características esenciales. Hechos que están relacionados necesariamente con la cultura tradicional que se expresa no sólo en las construcciones sino en las costumbres, las formas de producción y las actividades cotidianas.

La zona urbana ha tenido en sus casi 200 años de existencia una dinámica muy pausada de crecimiento, hecho que se relaciona con la disminución de los nacimientos y el desplazamiento de la población hacia las capitales, también con las características topográficas de fuertes pendientes que limitan el crecimiento y con la cultura local que se aferra a sus tradiciones de religiosidad, relación con el campo y laboriosidad.   

El asentamiento urbano tiene una forma de cono, con su mayor amplitud en la zona norte y lo delgado hacia el sur, coincidente con la salida hacia el corregimiento de San Félix. Tiene una vía que lo recorre de sur a norte, que se bifurca en las calles la 6 y 7 que terminan enmarcando la Plaza Principal.

Tradición arquitectónica

El valor patrimonial del Centro Histórico, reconocido como Bien de Interés Cultural Nacional por el Ministerio de Cultura en 2005, está centrado en dos elementos: el primero lo constituye la tradición arquitectónica propia del municipio, que se ha conservado desde su fundación hasta la fecha, en sus aspectos centrales como el uso de la madera en pisos, puertas y ventanas para las construcciones privadas. El segundo es el espacio público sobre el cual los salamineños tienen una apropiación especial que le da identidad y valor patrimonial a la plaza principal, la pila de bronce, el kiosco, la calle real, entre otros.

En Salamina el ebanista y tallador Eliseo Tangarife, quien murió en 1858, se mantiene latente en los diseños de frutas y animales que adornan los calados, portones y contraportones de las casas. Se recuerda con cariño al padre Rafael Ramírez quien lideró la construcción del templo de la Inmaculada Concepción en1865, así mismo al padre Barco que compró en 1882 el reloj de la parroquia y la pila de bronce traída de Europa y transportada a lomo de buey desde el puerto fluvial de Honda.

EL CENTRO HISTÓRICO DE MANIZALES, LA JOYA DE LA CORONA

Si de algo viven orgullosos los manizaleños es de su Centro Histórico, un patrimonio caracterizado por la denominada arquitectura “republicana”, con declaración del Ministerio de Cultura como Monumento Nacional en el año 1996 y hoy, dadas sus connotaciones culturales, económicas y sociales, con certificación de la firma ACERT S.A. como destino turístico sostenible, el segundo que recibe esta distinción en Colombia después de Cartagena.

Este polo de desarrollo floreció después de los incendios de los años 20 del siglo pasado cuando la ciudad en pleno esplendor fue prácticamente borrada por acción del fuego. Y aunque las llamas encontraron material propicio para arrasar sin contemplación, un año después Manizales era un hervidero pero humano, y así lo cuenta el cronista “en el ferrocarril y en el cable llegaban cemento sueco, hierro inglés y tuberías gringas; dos empresas europeas ya tenían al frente cerca de diez ingenieros para el nuevo diseño arquitectónico de la ciudad, el mismo que es ahora el orgulloso Centro Histórico de Manizales”. En una confluencia de voluntades encabezada por las autoridades y replicada por la sociedad civil con el acompañamiento de artesanos, artistas y profesionales locales y extranjeros, Manizales entró por la puerta grande a la “modernidad”.

Este proceso de reconstrucción de la ciudad que reactivó la economía de la región junto al cultivo del café, se valió del “bahareque manizaleño”, una técnica compuesta de guadua, tierra, tabla, metal y cemento (gran fenómeno constructivo con características únicas, que no tiene comparación con otro en ningún lugar del mundo, según lo registró el arquitecto Jorge Enrique Robledo), y optó por la llamada arquitectura republicana, nombre que recibió en Colombia la influencia arquitectónica historicista del siglo XIX, cuya característica principal fue la mezcla de diferentes estilos extranjeros en boga, en especial europeos.

“Tanto se hizo y de tanta calidad, que los edificios republicanos del Centro Histórico de Manizales, incluidos los muchos que existen de bahareque, fueron declarados patrimonio nacional. Allí quedan decenas de fachadas organizadas bajo una estricta paramentación, alturas similares, manejos simétricos, áticos y abundantes ornamentaciones con estilos neoclásicos, neogóticos, neobarrocos, art decó, art noveau, entre otros, y hasta algunas menos decoradas que hicieron amable transición hacia los estilos que las sucedieron. Si bien cada edificio puede disfrutarse en sí mismo de acuerdo con sus particularidades formales y el desparpajo con que se mezclaron las diversas influencias, a la arquitectura republicana manizaleña la distingue que sea el mayor conjunto de este tipo existente en el país”. (Piel de bahareque. Banco de la República. Jorge E. Robledo en el libro “Manizales fin de siglo”.).

Hoy por hoy el Centro Histórico de Manizales es un destino imprescindible para turistas nacionales y extranjeros, quienes en compañía  de sus habitantes recorren con deleite calles y edificaciones para admirar un escenario arquitectónico y urbano único en Colombia, en el que  fachadas, áticos, balcones, arcos, cornisas, aleros y ventanas, se mezclan con la dinámica comercial, residencial e institucional de un sector que es al mismo tiempo centro tradicional y soporte de identidad cultural para el territorio que conforma el Departamento de Caldas.

Destino turístico sostenible

En marzo de 2019 Manizales se convirtió en la segunda ciudad del país, después de Cartagena, en tener su centro histórico certificado como destino turístico sostenible, decisión de la firma asesora ACERT S.A. mediante la norma NTS TS 001 2014.

Esta iniciativa fue liderada por la Alcaldía de a través de un equipo interdisciplinario conformado por 4 comités  de los que hicieron parte las diferentes secretarías de la administración municipal, así como las entidades: Policía de Turismo, Asociación Cívica Centro Histórico de Manizales, Asdeguías y Aguitec, Cotelco Caldas, Cámara de Comercio de Manizales por Caldas, Fenalco, Corporación para el Desarrollo de Caldas, Visit Manizales, Universidad Católica de Manizales, Chec, Aguas de Manizales, Emas, Gobernación de Caldas.

La solicitud hecha por la autoridades se sustenta en la política: “Manizales, destino que se destaca por la calidez y amabilidad de sus habitantes, cuenta con un extenso patrimonio cultural, y por su variedad de climas que van desde las nieves perpetuas hasta el piso térmico cálido, ofrece gran biodiversidad de fauna y flora; Manizales, “la ciudad de las puertas abiertas”, se caracteriza por ser ciudad universitaria y culta de Colombia por excelencia, promotora y sede de eventos Nacionales e Internacionales; esta capital ofrece a residentes, turistas y visitantes calidad de vida, sostenibilidad y seguridad ciudadana”.

Este importante logro, un compromiso de todos, según reza el documento respectivo “permitirá más oportunidades de promoción nacional e internacional, atraer mayores inversiones, crear alianzas estratégicas para la sostenibilidad del Centro Histórico, regular la actividad turística, promover el patrimonio cultural, estimular la adopción de comportamientos amigables con los recursos naturales, direccionar la ciudad como una región altamente competitiva y respetuosa con el entorno, sus visitantes  y sus residentes, entre otros beneficios”.

CENTRO HISTÓRICO DE AGUADAS

Aguadas es un municipio con alta representatividad histórica para el departamento de Caldas, ya que los primeros procesos de poblamiento urbano provenientes de la colonización antioqueña (1800-1813) hicieron su arribo al departamento por estas tierras. Se reconoce la Fonda de Manuela, una choza ubicada en el cruce de caminos sobre la cresta de la cordillera que acortaba el camino entre norte y sur, como la sede de los primeros pobladores. Más tarde se referencia a don Narciso Estrada y a Felipe Villegas, provenientes de Sonsón y Abejorral como los “jalonadores” de la fundación de Aguadas que se oficializó en 1814.

La  etapa de consolidación urbana del municipio se dio entre 1836 y 1890, cuando se construyó la mayor parte de la  infraestructura pública e institucional, liderada por la educación,  en 1865 se construyó el primer colegio privado que a los pocos años se clausuró desconociéndose los motivos, en 1873 el colegio distrital, en 1874 la Normal de Varones, la Normal Claudina Múnera en 1875, en 1883 el Templo de la Inmaculada Concepción y en 1889 Colegio San Luis Gonzaga.

El período de 1891 a 1950 fue representativo para la evolución del asentamiento, el trazado se afianzó en forma reticular, es decir en manzanas, y el crecimiento urbano se dio de manera lineal de sur a oriente, teniendo en cuenta las condiciones topográficas de la zona. La última etapa se ha caracterizado por la construcción de espacios recreativos y de servicios y la búsqueda de espacios para la vivienda de interés social.

Arquitectura paisa

El conjunto arquitectónico del Centro Histórico de Aguadas responde a las características socioeconómicas de la colonización antioqueña y a las condiciones de la topografía local marcada por una pequeña zona plana sobre la cordillera y fuertes pendientes alrededor.

Las casas tienen zaguanes y corredores con apertura hacia la calle; se ordenan internamente alrededor de un patio central que cohesiona los espacios sociales y privados, se destacan además las puertas que llevan de un cuarto a otro como símbolo de la unidad familiar. Así mismo es evidente  en la zona central del pueblo y la calle real que las primeras plantas son usadas para albergar los negocios y las segundas plantas conservan el uso residencial. Son habituales las escaleras y los accesos independientes para los animales domésticos y la servidumbre; así mismo los aleros se extienden a la calle para acoger al peatón. En cuanto a los materiales el bahareque, la teja de barro y la madera son los principales elementos usados en la construcción. Es decir que el conjunto es homogéneo en su espacialidad, sus materiales y las técnicas constructivas.

Centro histórico

Los principales atributos que tiene el Centro Histórico de Aguadas, declarado Bien de Interés Cultural Nacional,  son la traza del centro urbano sobre condiciones topográficas y ambientales adversas, un territorio montañoso sobre el cañón del río Cauca con fuertes pendientes.  La continuidad que expresa el urbanismo y la arquitectura en términos de materiales, adaptaciones de arquitecturas modernas con las propias de la colonización y finalmente la cultura local articulada al proceso urbano, asentada en grandes casonas con generosos espacios interiores, alta vocación comercial y el mantenimiento de los materiales de la zona.

La delimitación se hizo respecto a 30 manzanas del centro del municipio y frente a la conservación del patrimonio que recomienda el Plan Especial de Manejo y Protección  del Centro Histórico, hoy en construcción. Se resaltan la protección a las fachadas con texturas, colores y formas volumétricas. La recuperación del paisaje urbano y la protección y replicación de los aleros como elementos de las fachadas. También se hace un llamado a la protección de los sistemas organizativos internos de las casas y a la conservación de las técnicas constructivas tradicionales.

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