Del 16 – 18 de agosto el municipio de Aguadas al norte del Departamento de Caldas, realizará la 33 versión del Festival Nacional del Pasillo Colombiano. El Festival, nace como un homenaje a los Hermanos Hernández: Héctor, Francisco y Gonzalo, tres hermanos músicos que lograron recorrer el país y el mundo con la música colombiana y con novedosos instrumentos que le aportaron sorpresa e innovación a sus espectáculos. Los músicos lograron importantes aportes al escenario musical colombiano con sus composiciones, interpretaciones, escuelas y presentaciones.
En Colombia el pasillo está presente en casi todas las regiones del país y en cada una de ellas tiene un sello y una marca diferente, dependiendo de los instrumentos que lo interpreten y de la danza que se realice. Y es precisamente en la región andina en la que se le rinde homenaje desde 1990, con un festival dedicado exclusivamente a este género musical: el Festival Nacional del Pasillo Colombiano, que se celebra en Aguadas y que es considerado patrimonio cultural de la nación según la Ley 983 del 12 de agosto de 2005.
El pasillo, rostro de nuestra diversidad cultural
El pasillo ha sido conocido como un ritmo andino que nace del vals europeo y que es producto de la apropiación de éste por habitantes de los campos y ciudades en el siglo XIX. Sin embargo al ser un ritmo que transformamos, le otorgamos nuestra propia impronta, de suerte que no es exclusivo de la zona andina colombiana. Podemos encontrar el pasillo negro, propio del Valle del Cauca y Chocó, además del pasillo lento bailado en San Andrés y del pasillo ecuatoriano bailado e interpretado en Nariño.
Las coreografías del pasillo tienen la magia para contar historias, especialmente las de una cultura dependiendo de la zona de origen. El pasillo negro está cargado de lo que fue la historia esclavista de estas regiones, al igual que el pasillo de San Andrés; mientras que el pasillo de la región cafetera es mucho más colorido y alegre o el cundiboyacense mucho más tranquilo con trajes de telas pesadas y oscuras.
Si bien el pasillo es denominado un aire andino, su danza refleja la diversidad cultural que tenemos en Colombia y logra contar la pluralidad de los litorales, los cafetales y los fríos altiplanos.
Aguadas, un viaje hacia el pasillo
Aguadas es un municipio al norte de Caldas conocido por el tradicional sombrero de iraca y también como la ciudad de las brumas por la hermosa y abundante niebla que lo cubre, especialmente al amanecer. Su centro histórico fue declarado Monumento Nacional en 1982 y hace parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia.
Aníbal Valencia Ospina, artista y periodista colombiano, tuvo la idea de realizar un encuentro de música colombiana luego de conocer el Festival de Música Mono Núñez que se realiza cada año en Ginebra (Valle del Cauca). Junto con Marino Gómez Estrada, también aguadeño, decidieron rendir un homenaje a los músicos del municipio, los hermanos Pacho, Héctor y Gonzalo Hernández, considerados los primeros embajadores de la música colombiana en el exterior pues la llevaron por diferentes países.
Como dato curioso, y según la historia, los hermanos Hernández fueron expulsados del pueblo por el alcalde de la época, debido a su forma de ser fiestera y dicharachera. De ahí nació entonces la canción Medallita de Plata, dedicada a su señora madre al recordar el regalo que ella les dio cuando debieron salir de Aguadas.
Hoy, este evento se ha convertido en un referente de la cultura andina colombiana y continuará haciéndolo para enaltecer esos artistas, músicos y bailarines, que la llevan el pasillo en sus vena
Como es tradicional, la versión del Festival del Pasillo Colombiano 2024 también la aportará a la inclusión para que niños, jóvenes, adultos, propios y extranjeros disfruten sanamente de la cultura, el arte y la música que identifica la idiosincrasia y autenticidad en un territorio.
Actividades del Festival
Durante el Festival del Pasillo Colombiano, Aguadas se trans- forma en un escenario vibrante donde la música, el baile y la cultura se entrelazan. El festival ofrece una variedad de actividades para todas las edades y gustos.
Concursos de Interpretes vocales e instrumentales
Músicos y cantantes de todo el país compiten en diferentes categorías para demostrar su talento y amor por el pasillo. Estos concursos no solo destacan a los artistas emergentes, sino que también rinden homenaje a los grandes maestros del género.
Presentaciones en vivo
Durante el festival, se llevan a cabo conciertos dialogados, encuentros de cantautores y recitales en diversos escenarios del municipio, desde plazas públicas hasta coliseos y teatros. Estas presentaciones permiten a los asistentes disfrutar de la música en vivo y conectarse con la esencia del pasillo.
Talleres y conferencias
Para aquellos interesados en pro- fundizar su conocimiento sobre el pasillo, el festival ofrece talleres y conferencias impartidos por expertos en música y cultura colombia- na. Estos eventos educativos son una excelente oportunidad para aprender sobre la historia, la técnica y la evolución del género.
Desfile folclórico y eventos culturales
El festival tam- bién incluye desfiles y actividades culturales que muestran la rique- za de la tradición aguadeña. Los desfiles presentan coloridos trajes típicos y danzas tradicionales, creando un ambiente festivo y lleno de alegría.
El Encuentro Nacional de Pasilleritos
El Encuentro Nacional de Pasilleritos, es una muestra musical y de coreografía infantil, la cual se realiza en el marco del Festival Nacional del Pasillo Colombiano y que este año tendrá su realización los días 16 al 18 de agosto. La edad límite son 12 años cumplidos.
Talentos aguadeños y músicas del campo
En Aguadas la música y la danza del pasillo han sido pilares fundamen- tales en la vida cultural y social del municipio de Aguadas, tejiendo una rica historia que ha perdurado a lo largo del tiempo. En este rincón de Caldas, el pasillo no es solo un género musical o una for- ma de danza, sino un arte que ha sido transmitido y cultivado de generación en generación. Movidos por diversas inspiraciones, intér- pretes, compositores y bailarines han encontrado en el pasillo una forma de expresión que trasciende lo individual para convertirse en un patrimonio colectivo.