La Plaza de Bolívar ha sido traicionalmente el principal lugar de encuentro de manizaleños y visitantes. Es un lugar de disfrute cultural colectivo con un gran valor arquitectónico. Desde las organizaciones interesadas en resguardar este bien público, nos invitan ha hacer uso de su gran estructura, y a conocer el valor cultural de las construcciones que la circundan.
Catedral Basílica
Indudablemente la Catedral Basílica Metropolitana de Nuestra Señora del Rosario, es un ícono de la ciudad y una de las obras más representativas de la arquitectura republicana.
Su construcción empezó en 1928, en reemplazo de dos construcciones anteriores que no sobrevivieron a los rigores de la naturaleza. El diseño es del arquitecto francés Julien Polti, quien se desempeñaba como jefe de Monumentos Históricos de París y la firma responsable de la construcción fue la italiana, Papio Bonarda y Compañía, que culminó las obras en 1936.
La catedral tiene una altura total de 113 metros, ocupa un área de 2400 metros cuadrados y tiene capacidad para albergar a 5 mil personas. La planta es en cruz griega con tres naves y presbiterio con baldaquino. Tiene tres torres externas y una gran torre central que alberga el conocido “corredor polaco”, un escenario para la observación paisajística. La edificación fue declarada Monumento Nacional en 1984.
Palacio amarillo sede de la Gobernación de Caldas
El palacio de la Gobernación de Caldas es uno de los edificios más reconocidos y en mejor estado del conservación del Centro Histórico.
Su construcción empezó en el año 1927 para reemplazar el edificio que arrasaron las llamas en 1925. El diseño arquitectónico es del norteamericano John T. Vawter y la construcción fue adelantada por la firma norteamericana Ullen y Compañía.
El palacio gubernamental tiene 2.170 metros cuadrados de área y se construyó en una técnica mixta entre el bahareque y el concreto armado. Es una gran edificación donde las oficinas y el salón de la Asamblea están organizadas en claustro interior, descubierto con un jardín interior de estilo francés al que se accede por una escalera de doble tramo.
Tiene corredores en galería con arcos de medio punto, ventanas en madera y una profusa decoración en yeso y mortero de cemento de los capiteles, tímpanos, frisos, balaustradas, frontones y cielos rasos.
El edificio fue restaurado en el año 2003, no sólo para recuperar sus estructuras y hacerlo menos vulnerable a los sismos, sino, para tener un edificio adaptado a las condiciones tecnológicas de la época. Fue declarado Monumento Nacional en 1984.
Inventario de bienes culturales
Otro importante atractivo de la Plaza de Bolívar lo constituyen las obras de arte que la habitan, elementos públicos que cuentan la historia local.
El Instituto de Cultura y Turismo de Manizales realizó un inventario de todos los bienes culturales inmuebles de la ciudad. En este trabajo, se identificaron, caracterizaron y recogieron los principales valores estéticos, culturales, artísticos e históricos de estas obras, con lo cual se hace un importante aporte a los actores del sector turístico y cultural que realizan recorridos guiados por la ciudad y a los manizaleños en general.
Bolívar Cóndor
La escultura alegórica al Libertador, fue elaborada por el colombiano Rodrigo Arenas Betancurt y fue instalada en la Plaza de Bolívar en 1992. Se trata de una de las últimas obras del maestro que murió en 1995 y tiene valor estético, simbólico y cultural para la ciudad y para la región.
En el inventario, Antonio Amézquita Zárate de la Corporación Vigias Amigos del Patrimonio Cultural, la describe como “obra escultórica de marcada frontalidad, cuyo motivo central lo constituye la figura del hombre-cóndor en actitud de emprender el vuelo. La figura, de notables dimensiones, constituye una simbiosis entre el torso, la cabeza y las alas de un cóndor y la cadera y piernas de un hombre. Se acompaña de un conjunto de tres lanzas, dos de las cuales ensartan y sostienen una máscara que retrata el rostro del Libertador”.
Grupo Escultórico, Adán y Eva
La obra del maestro caldense Guillermo Botero Gutiérrez, fue denominada por su autor Grupo Escultórico pero conocida popularmente como Adán y Eva.
Se instaló desde 1972 en el costado oriental de la Plaza de Bolívar y se trata de una obra de gran formato, compuesta por dos grandes figuras una femenina y otra masculina en lámina de cobre moldeado, sobre un pedestal en concreto martillado que se elevan hasta 673 centímetros.
El inventario resalta en lo estético la tendencia figurativa de rasgos abstraccionistas y evocaciones de la iconografía cristiana medieval. También se menciona que se trata de un obra con un buen nivel de reconocimiento por parte de la comunidad manizalita, debido principalmente a su ubicación en el espacio público de mayor jerarquía de la ciudad y al reconocimiento regional del autor.
Murales: Preludio de Lanzas Llaneras y Vientos de Libertad
Los dos murales en alto relieve son obras del maestro caldense Guillermo Botero Gutiérrez.
Están ubicados, desde 1987, en el costado sur de la Plaza de Bolívar y la técnica empleada es un enchape de planchuelas cerámicas fijadas sobre los muros de contención hechos en concreto, que salvan la diferencia de altura que existe entre la carrera 22 y el recinto de la Plaza.
El mural “Preludio de Lanzas Llaneras” son tres grupos de figuras alusivas a la fase final del período colonial de la historia del país; reúne a criollos, mulatos e indígenas y, finalmente, a los virreyes españoles.
El segundo mural “Vientos de Libertad”, contiene cuatro grupos de figuras alusivas a las guerras de la independencia con un grupo de caballos; otro de soldados, campesinos e indígenas; la representación de Bolívar y, finalmente, las figuras del ejército.
Según los datos del inventario, la obra resalta por la relevancia del autor dentro de la plástica regional, ya que se trata de un escultor, dibujante y escritor pacoreño (1917-1999), fundador y decano de la Escuela de Bellas Artes de la ciudad.