Tororoi Chusquero – Grallaria nuchalis – Wladimir Giraldo
Foto portada: Trogon Enmascarado – Trogon Personatus
A tres kilómetros de Manizales, entre el bosque de niebla, se encuentra la Reserva Forestal Protectora de Río Blanco, un lugar perfecto para el avistamiento de aves, descansar y conocer la hermosa fauna y flora que representa de la mejor manera a nuestra región.
Este lugar, administrado por la empresa Aguas de Manizales, ubicado a 20 minutos de la ciudad, entre los 2.200 y 3.800 metros sobre el nivel del mar, cuenta con 4.943 hectáreas de bosque y naturaleza, un sitio ideal para disfrutar solo en familia, de un ambiente fresco bajo los 11°C en el que se puede divisar el río que genera el 35% del agua que consumen los manizaleños, agua que gracias a su calidad, es considerada como una de las más puras de Colombia y el mundo.
Fue declarada como Reserva Forestal Protectora del Orden Nacional para la Conservación del Patrimonio Natural por el Ministerio de Agricultura en el año 1992, obedeciendo a la protección que demandan las cuencas hidrográficas como principales fuentes de suministro de agua potable, generación de energía, consumo humano, abastecimiento para sistemas productivos agropecuarios e industriales y la protección de ecosistemas y biodiversidad.
Con la restauración y recuperación de estos ecosistemas andinos en la Reserva, se facilita la conectividad con otros entornos ambientales del sector, lo cual garantiza la recuperación de la diversidad biológica, permitiendo que actualmente se observen especies naturales importantes para toda la región.
Hoy en día, la Reserva es considerada nacional e internacionalmente como uno de los sitios más emblemáticos para el turismo natural, especialmente para el avistamiento de aves, lugar donde se han identificado más de 350 aves distintas, de las cuales 13 son endémicas, 30 migratorias y 13 se encuentran amenazadas, más de 61 especies de mamíferos registrados y más de 180 mariposas diurnas.
Además posee una gran riqueza en 40 especies diferentes de orquídeas nativas, y se ha convertido en el hábitat natural del Anturio Negro, La Palma de Cera, Los Cartuchos, Las Bromelias, El Siete Cueros, Las Moras y El Yarumo Blanco, entre otros.
Este gran destino, riqueza de los manizaleños, cuenta con servicio de hospedaje para propios y visitantes en una acogedora casa de arquitectura colonial, en la que se pueden encontrar 25 camas para la ocupación de niños, adultos y toda la familia.
Durante la estadía en este lugar, el plan perfecto se centra en el senderismo, donde gracias al clima y los hermosos paisajes, se puede recorrer los tres kilómetros de camino con el fin de observar las diferentes aves que se encuentran algunas, exclusivamente entre las montañas de esta ciudad: El Barranquillo, El Saltador Enmascarado, la Cotorra Montañera, el Perico Paramuno, La Grallaria Milleri, entre otras..
Si desea vivir una experiencia inolvidable en la Reserva de Río Blanco recuerde que Aguas de Manizales tiene un lugar dedicado para que conozca lo mejor de la fauna y flora y se preservan los bosques para conservar el entorno de la ciudad y así brindar una mejor calidad de vida.
Nadie se imagina lo que allí tenemos…
¡Visitarla es la única forma de saberlo!