El Paisaje Cultural Cafetero en la celebración del Día Mundial del Patrimonio

El Patrimonio Mundial constituye todos los bienes naturales y culturales que existen en el mundo y que forman parte de la riqueza y la herencia de toda la humanidad. De ahí la importancia de su cuidado, protección y preservación.

Actualmente, muchos de estos sitios se encuentran en riesgo de desaparecer debido al comportamiento irresponsable y depredador de los seres humanos.

En nuestro patrimonio el Paisaje cultural Cafetero hace parte de estos bienes, fue declarado por la Unesco el 21 de junio de 2011 como Patrimonio Mundial, y cuenta con 51 municipios de cuatro departamentos  (47 de ellos ubicados en el área principal y otros 4 en la zona de influencia).

En el centro-occidente de Colombia, incrustados en las montañas de los Andes,  habitan más de 85 mil personas que cultivan, producen, viven y sueñan con el café.  Son más de 150 años de historia en los que el grano ha sido su punto de referencia económico, social y cultural y ha consolidado una riqueza invaluable que se ha denominado “Paisaje Cultural Cafetero” y hoy está postulado a conformar la lista de patrimonio mundial de la humanidad ante la UNESCO.

En los municipios de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca el café encontró una tierra fértil, atravesada por ríos y una raza pujante y solidaria que le dieron vida a un paisaje excepcional por la forma particular en que se cultiva y trasforma el café, las manifestaciones culturales que han surgido a su alrededor y factores identitarios con tradición.

Este paisaje es un ejemplo de un cultivo que fue adaptado a las características geográficas de la zona y genero procesos únicos, que se han mantenido de generación en generación, con las transformaciones que requiere la sostenibilidad y la conservación de la biodiversidad.

Los pobladores de la zona gestaron un modelo único de producción, y aferrados a un espíritu de trabajo comunitario, organizaron el gremio cafetero con presencia en todos los municipios y desarrollo de bienes públicos como la investigación, la educación, el control de calidad del producto, la promoción de mejores condiciones de vida, la comercialización internacional y la denominación de origen que reconoce el Café de Colombia como el mejor café suave del mundo.

El Paisaje cultural Cafetero esta vivo y en constante transformación, mantiene un sentimiento de apego a los elementos culturales como la gastronomía, la arquitectura, la artesanía, las festividades y el vestuario; responde a los cambios de su entorno, adaptándose a las exigencias del desarrollo sostenible, de la sociedad del conocimiento y de los sueños y aspiraciones de sus habitantes.

 

 

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