Los municipios de Aranzazu, Salamina, Pácora y Aguadas conforman el norte de Caldas, municipios que encierran el mayor arraigo de la colonización paisa. Aquí, la cultura arraigada de sus habitantes refleja el legado ancestral y la hospitalidad que caracteriza a esta región.
Caminar por las pintorescas calles adornadas con balcones rebosantes de jardines, puertas y ventanas talladas en madera, es sumergirse en la autenticidad del norte caldense. La dedicación al cultivo del fique, la iraca y el café en las estribaciones de la cordillera central es testimonio de la laboriosidad de su gente.
Aguadas y Salamina, hacen parte de la Red de Pueblos Patrimonio, son joyas históricas que cautivan con su arquitectura colonial y su bien conservado centro histórico. Desde la elaboración artesanal de sombreros aguadeños hasta la rica gastronomía y la cultura del café, estos municipios son un deleite para los sentidos. Pero lo más valioso es la amabilidad y hospitalidad de sus habitantes, que hacen que cada visita sea una experiencia inolvidable.
En el ámbito religioso, el norte de Caldas es un tesoro de iconos sagrados y lugares de peregrinación. Desde el templo de la Inmaculada Concepción en Aguadas, con su órgano tubular centenario, hasta el singular templo de La Inmaculada en Salamina. Cada edificación es un testimonio de la fe y la devoción de la comunidad. Además, lugares como el Cementerio La Valvanera en Salamina y el santuario del Señor de la Buena Esperanza en Aranzazu situado en la vereda La Esperanza, añaden una singularidad espiritual única a esta región.
La Semana Santa en el norte de Caldas es una oportunidad para sumergirse en la rica tradición paisa, donde la historia, la cultura y la espiritualidad se entrelazan para crear una experiencia única y conmovedora.