Cada 3 de marzo se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre, una fecha destinada a crear conciencia sobre la importancia que tiene cada una de las especies que habitan la Tierra y por ende lo esencial que resulta su conservación y preservación.
Esta fecha se celebra desde el año 2013 gracias a la proclamación de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en conmemoración de los 40 años de la aprobación de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, realizada en el año 1973.
La vida silvestre en nuestro territorio
La biodiversidad caldense es uno de los mayores atributos del departamento, sin embargo, el reconocimiento y cuidado de esta biodiversidad implican una gran responsabilidad para el territorio con el fin de proteger las especies de fauna y flora que habitan los bosques, páramos, lagunas y demás ecosistemas. En el 2019, WCS Colombia en colaboración con la Corporación Autónoma Regional de Caldas (Corpocaldas) realizaron una investigación que contó con 31 días de trabajo de campo para registrar la variedad biológica en el departamento. En esta exploración fueron halladas 24 especies de anfibios, 227 de aves, 14 de reptiles, 53 de mamíferos, 64 de abejas y 439 de plantas.
Entre ellas se encontraron algunas especies endémicas como el Hormiguero de Parker (Cercomacroides parker), la Guacharaca colombiana (Ortalis columbiana) y el Carpinterito punteado (Picumnus granadensis), especies que requieren de un proceso de preservación. Asimismo, la investigación demostró que el territorio cuenta con una gran diversidad de murciélagos del orden Chiroptera, con 32 especies, y los pequeños roedores del orden Rodentia, entre los que se encuentran las especies endémicas: la musaraña de orejas pequeñas (Cryptotis medellinius) y el ratón de Handley (Handleyomys intectus).
En cuanto a la flora se registró la vulnerabilidad del roble andino (Quercus humboldtii), los helechos arbóreos (Dicksonia sellowiana y Cyatheaceae sp.) y 62 morfotipos de orquídeas.
Todas estas especies son esenciales para el funcionamiento de los ecosistemas, por esto nuestro deber como amantes de la naturaleza es concientizar sobre las amenazas más comunes que atentan contra su vida y promover los procesos de conservación de fauna y flora. Algunas de estas amenazas son la caza furtiva, la pesca excesiva, el tráfico de especies, el cambio climático, la destrucción de hábitats de vida silvestre, la explotación y sobreexplotación de recursos naturales, la tala de árboles, entre otras.