Calle 45 Nro 24 b 36 – Barrio Lleras
Declarado Bien de Interés Cultural Municipal en Decreto No. 0226 del 26 de septiembre de 2003
La historia del Cementerio San Esteban comienza en 1923, cuando el obispo Tiberio de Jesús Salazar y Herrera bendijo la primera piedra del proyecto. Las obras finalizaron en 1924 y su consolidación llegó en 1936, con la llegada desde Europa de la escultura en mármol de San Esteban, que dio nombre al lugar.
Este cementerio surgió como parte del crecimiento urbano de Manizales. En él se reubicaron los restos óseos que estaban en un lote frente a la actual Clínica de La Presentación, provenientes del primer cementerio de la ciudad, ubicado en el sector de Chipre.
La construcción coincidió con una etapa de transformación urbana tras varios incendios que afectaron la ciudad. Esto impulsó el uso de nuevos materiales como el ferrocemento, mármol y yeso, en reemplazo de las tradicionales maderas locales y el bahareque, además de la incorporación de influencias del diseño europeo.
El Cementerio San Esteban se caracteriza por su singular planta en forma de decágono irregular, adaptada al terreno inclinado del barrio Lleras, donde ocupa una superficie de 27.312 metros cuadrados. Se integra al entorno urbano a través de la avenida de las Araucarias, un conjunto urbano notable de la ciudad.
En el centro del terreno se ubica una capilla a cielo abierto, que actúa como eje central del diseño. Las tumbas están dispuestas de forma circular en anillos concéntricos alrededor del osario. El conjunto incluye además un panóptico, dos fuentes ornamentales y varios mausoleos, en una composición arquitectónica sencilla pero profundamente simbólica.
Con el paso del tiempo, el uso del lugar se ha mantenido y la ornamentación ha cambiado con la llegada de adornos, ángeles, estatuas y otros elementos, que las familias han llevado a las tumbas de sus seres queridos.
Más allá de su función como lugar de descanso eterno, el Cementerio San Esteban es un espacio con valor espiritual, patrimonial y cultural que lo hicieron merecedor a la declaratoria de bien de interés cultural del nivel municipal. Se le reconoce como un punto de referencia en el desarrollo urbano de los barrios Lleras, Colombia, Bavaria y Versalles, aportando carácter y belleza al sector.
Durante los fines de semana, el cementerio se convierte en un lugar de peregrinación y recogimiento. También acoge actividades culturales y religiosas como conciertos de música sacra, celebraciones especiales en Semana Santa y otras expresiones de espiritualidad que mantienen vivo su significado en la comunidad.
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