Selva de Florencia, donde el verde se vuelve agua

El Parque Nacional Natural Selva de Florencia, reúne 10.019 hectáreas en jurisdicción de los municipios de Samaná y Pensilvania en el oriente de Caldas. El Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, lo declaró área protegida de interés nacional el 10 de marzo de 2005, considerando su importancia ecosistémica como último fragmento de bosque pluvial andino o selva andina en esta zona de la cordillera Central.

La riqueza natural de esta zona está representada en que de este relicto boscoso fluyen las aguas de los ríos Moro, Samaná, Tenerife y San Antonio, que actualmente aportan el 40% del recurso hídrico utilizado en el proyecto energético Miel I y se caracteriza por altas precipitaciones superiores a los 8 mil milímetros anuales.

El parque natural se destaca por su exuberante vegetación que permite un rápido crecimiento, regeneración y presencia de gran diversidad de especies de flora y fauna. Viven 43 especies de mamíferos, 14 de ellas en vía de extinción y se considera que alberga el 50% de las 36 familias de mamíferos andinos registrados a la fecha.

Además, es la zona con mayor concentración de ranas del país, pues posee la mitad de todas las ranas que han sido registradas en la cordillera Central.  Posee el 5% de las ranas endémicas de Colombia, un nuevo género de monotipo de ranas Atopophyrnus Symantopus y es la segunda zona más rica en especies del género Eleutherodactylus como la rana roja y la rana de lluvia camuflada.

En cuanto a la avifauna, la Selva de Florencia fue reconocida por Birdlife como un Área de Importancia Internacional para la Conservación de Aves AICA. Habitan allí especies como Ciccaba Huhula de muy escasa distribución y registro en Colombia, y la Popelairia Conversii poco común y sólo reportada anteriormente en el Chocó biogeográfico.

La Selva de Florencia se establece en la vertiente oriental de la cordillera Central con alturas que van desde los 850 hasta los 2.400 metros sobre el nivel del mar. Aunque su área es considerada relativamente pequeña en comparación con otras reservas naturales de Colombia, es la más grande extensión de selva natural andina del país y uno de los lugares más ricos en especies de flora y fauna amenazada o en peligro de extinción a nivel nacional.

Ecoturismo

La zona de reserva reúne las veredas San Lucas, Bomboná, La Cabaña, Encimadas, la Abundancia y San Antonio del corregimiento de Florencia, también las veredas El Convenio y Santa Isabel del corregimiento de Encimadas en Samaná y las veredas El Rubí, San Francisco, Las Mercedes, El Silencio y Miraflores de Pensilvania.

Los turistas pueden visitar la Selva de Florencia, desde la zona urbana de Samaná o desde el asentamiento del corregimiento de Florencia, a 61 kilómetros  del municipio de La Dorada. Allí encontrarán lugareños que pueden guiar la visita por caminos de herradura y senderos tradicionales, que por mucho tiempo han usado los campesinos de la zona.

Al interior de la reserva, es posible visitar el charco San Lucas, proveniente de las corrientes del río San Antonio. Este espectacular espejo de agua, está circundado por un bosque en excelente estado de conservación, donde las mariposas, las ranas y los micos, conviven tranquilamente.

Otro atractivo importante, al interior de la Selva de Florencia, es la bocatoma del acueducto del corregimiento de Florencia, que ofrece escenarios de selva subandina, a una altura de 1800 metros sobre el nivel del mar, rodeado de árboles chaquiro, roble, comino  y abarco en su estado más puro.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top
Ir al contenido