Laguna Mariposa – Parque Nacional Natural Los Nevados
Las áreas naturales protegidas son un mecanismo diseñado para la conservación de los recursos naturales. De esta manera, se delimitan zonas que poseen ecosistemas valiosos para la producción de agua, oxígeno y otros servicios ambientales necesarios para la vida, garantizando su preservación biológica y cultural.
Las áreas naturales protegidas surgieron a nivel internacional a principios del siglo XX como una estrategia para la protección de los recursos naturales, para evitar la pérdida de capacidad productiva de la tierra, la inseguridad alimentaria o el detrimento de la calidad de vida.
Colombia suscribió el convenio internacional de diversidad biológica, que entiende por área natural protegida una «zona definida geográficamente que es designada, regulada y administrada a fin de alcanzar objetivos específicos de conservación».
Protección nacional
A nivel nacional, la primera declaratoria de un área natural se hizo en 1960 sobre el Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos, ubicado entre los departamentos de Huila y Caquetá y que sirve de hábitat a la especie de aves nocturnas que le da nombre.
En Colombia, el Sistema de áreas Protegidas, lo constituyen los Parques Nacionales Naturales (40), que son aquellas zonas donde los ecosistemas son poco alterados por la acción humana y con interés científico, educativo y recreativo.
Otras son las Reservas Nacionales Naturales (2), que son áreas que tienen condiciones primitivas de flora y fauna y están destinadas principalmente a la investigación. También existen las Áreas Naturales Únicas (1), que son aquellas que tienen una condicional especial o rara, por lo que solo existe Los Estoraques, situado en la cordillera Oriental. Los Santuarios de Flora y Fauna (10) que son áreas destinadas a conservar recursos géneticos de la flora o fauna nacional; y finalmente, las Vías a los Parques (1) que son franjas de carreteras, con bellezas singurales asociadas a otras áreas naturales protegidas.
En la actualidad el Sistema Nacional de Áreas Protegidas -SINAP- suma el 10% del territorio nacional, entre ellas 11.600 hectáreas de 58 Parques Nacionales Naturales.
Otras figuras para la conservación
Existen otras figuras para la protección de áreas naturales, entre ellas los Territorios Fáunicos que preservan la variedad animal, las reservas de caza y reservas de pesca, donde se permiten estas actividades con justificación científica o de control de población.
Las áreas de reserva forestal, que son zonas de propiedad pública o privada, destinadas al mantenimiento y utilización de especies forestales. Las áreas de manejo especial, que delimitan territorios para la administración, manejo y protección de recursos naturales renovables. Las áreas de protección ecológica, que incluyen aquellas zonas con interés natural internacional como son el Chocó y la Amazonía.
También se encuentran las cuencas hidrográficas, las zonas de protección de paisaje y las reservas campesinas, donde lo que se preserva son las características agroecológicas y socioeconómicas de una comunidad rural.
A nivel local, también existen figuras para conservar áreas naturales como son los bosques municipales, las áreas naturales histórico-culturales y los refugios de vida silvestre.
Sistema regional
En Caldas, la primera declaratoria oficial de un área natural se dio en 1988 por parte del Inderena, sobre el distrito de manejo integrado de la Charca de Guarinocito en La Dorada, que protege un sistema de ciénagas articuladas a la cuenca del río Magdalena.
Actualmente las áreas naturales protegidas del Departamento son gestionadas por la Corporación Autónoma Regional de Caldas -CORPOCALDAS-, que ha liderado la constitución del sistema departamental de áreas protegidas -SIDAP-, que suma 32.556 hectáreas equivalentes al 4,3% del territorio caldense, ubicadas en las subregiones centrosur, oriente y norte. Entre ellas se encuentran los parques nacionales Selva de Florencia y el Parque Nacional Natural Los Nevados; diez reservas forestales protectoras de carácter regional; tres distritos de manejo integrado; un distrito de conservación de suelos; cuatro áreas de importancia internacional para la conservación de aves AICA´s y cuatro reservas naturales de la sociedad civil.
En contacto con lo natural
Las áreas naturales protegidas de Caldas, le ofrecen a los visitantes, investigadores, estudiantes y turistas, múltiples posibilidades de recrearse, recolectar información, fotografiar flora y fauna y vivir experiencias únicas en un contacto cercano con la naturaleza.
El Parque Nacional Los Nevados, ubicado en territorio de Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima, suma 583 kilómetros cuadrados de extensión y encierra las cumbres nevadas del Ruiz, el Tolima, Santa Isabel, El Cisne y el Quindio. Posee valles lunares, fuentes de agua termal y sitios de interés como la laguna del Otún, Laguna Negra y Laguna Verde.
Allí los turistas pueden alojarse en el Centro de Visitantes El Cisne; realizar deportes de aventura como la escalada en roca o en hielo; hacer senderismo y participar en conciertos de luna, entre otras.
El Parque Nacional Natural Selva de Florencia, está ubicado en el oriente de Caldas, entre los municipios de Pensilvania y Samaná. Posee un área de 10.019 hectáreas que se caracterizan por contener ecosistemas de selva húmeda tropical.
En este lugar, las principales actividades son de carácter investigativo y científico. Allí habitan 43 especies de mamíferos, 14 de ellas en vías de extinción. Tiene la mayor concentración de ranas del país, se han registrado el 50% del total identificadas en la cordillera Central.
La Selva de Florencia tiene el reconocimiento como área de importancia internacional para la conservación de aves AICA, por su riqueza en avifauna.
Reservas forestales por el agua
En Caldas existen 10 zonas de reserva forestal con declaratoria como áreas naturales protegidas. La ley las define como aquellos espacios geográficos en los que los ecosistemas de bosque mantienen su función, aunque su estructura y composición hayan sido modificados y sus valores naturales estén al alcande de la población para destinarlos a su preservación, uso sostenible, conocimiento y disfrute.
La reserva forestal protectora Bosques de la Chec está ubicada entre Villamaría y Manizales, se caracteriza por ser un bosque altoandino con gran oferta hídrica que logra surtir el acueducto de Manizales y permite la generación hidroeléctrica a lo largo del río Chinchiná. Está conformada por una zona de alta pendiente ocupada por bosque secundario maduro, bosque secundario intervenido, plantaciones de aliso y pastizales. La Chec promueve allí actividades de sensibilización ambiental a niños y jóvenes.
Asociada a ésta, se encuentra la reserva forestal protectora La Marina, que suma 168 hectáreas en el municipio de Villamaría; esta reserva garantiza las funciones reguladoras para la microcuenca de la quebrada Chupaderitos que suministra el agua para el consumo humano e industrial al municipio.
La reserva forestal protectora Río Blanco, está ubicada en Manizales a 3 kilómetros de la zona urbana. Posee 4.900 hectáreas de bosque húmedo montano o bosque de niebla y está asociada en su parte alta con el Parque Los Nevados.
Río Blanco contiene la principal cuenca abastecedora del acueducto. En sus predios habitan 350 especies de mariposas diurnas, 286 especies de pájaros, 15 especies de colibríes y más de 40 especies de mamíferos. Los turistas tienen varias posibilidades de recreación, entre ellas el senderismo, el avistamiento de aves, la observación paisajística, la realización de cursos básicos y avanzados en observación de aves.
En la subregión norte de Caldas, la reserva forestal protectora El Diamante en el municipio de Aranzazu, protege el nacimiento del río Chambery, que surte los acueductos de Aranzazu y Filadelfia. Y la reserva forestal protectora Tarcará, ubicada en el municipio de Aguadas, protege el nacimiento del río Tarcará, afluente del río Arma.
Por su parte, en el oriente la reserva forestal protectora El Popal, en el municipio de Pensilvania, protege y realiza la regulación hídrica del acueducto local y la reserva forestal protectora La Linda en el corregimiento San Daniel de Samaná, abastece los acueductos veredales del sector.
Mono Tití Gris
Al cuidado de la fauna
La reserva forestal protectora Torre 4, está ubicada en Manizales y sirve de corredor biológico entre las reservas La Chec y Río Blanco.
Con un área de 310 hectáreas de bosque de niebla, propiedad de Corpocaldas, en Torre 4 funciona un centro demostrativo de recuperación de biodiversidad y se realizan actividades de investigación en flora y fauna y ecosistemas andinos con la participación de universidades de la región. Allí las especies de vida silvestre recuperadas, entregadas voluntariamente o decomisadas por estar sometidas a tráfico ilegal, reciben valoración, atención, rehabilitación, reubicación y liberación para que regresen nuevamentea sus hábitats.
Especies como el venados de cola blanca, cóndores, loros y guacamayas han sido atendidos e insertados a sus ecosistemas de origen, realizando procesos de monitoreo con collares de telemetría para verificar su adaptación al medio natural.
Otras reservas
La reserva forestal protectora de Sabinas, en Manizales, fue objeto de conservación con el fin de dar un uso adecuado a los suelos de ladera. Son 186 hectáreas asociadas a la bocatoma de Gallinazo, que hace parte del acueducto de la ciudad.
La reserva forestal protectora Plan Alto, ubicada en límites de Manizales y Chinchiná, conserva un relicto de bosques asociados a las zonas cafeteras, donde se adelantan investigaciones de desarrollo e innovación de Cenicafé.
El distrito de manejo de suelo Guacas – Rosario localizado en Manizales, también tiene fines de preservación de los suelos, ya que sus niveles de degradación implican riesgos para la población. Son 848 hectáreas en las veredas Guacas, Alto y Bajo Tablazo, El Aventino, La Pola y El Rosario, donde los visitantes tienen interés desde el ámbito de la prevención de desastres naturales, la ingeniería civil y los estudios de suelos.
Distritos de Manejo Integrado
Los distritos de manejo integrado de los recursos naturales renovables, hacen parte de las áreas protegidas y son definidos como espacios geográficos en los que los paisajes y ecosistemas mantienen su composición y función, aunque sus estructuras hayan sido modificadas y estén al alcance del hombre.
En Caldas existen tres distritos de manejo integrado. Uno de ellos es la Charca de Guarinocito en La Dorada que tiene 78 hectáreas que integran una antigua madrevieja abandonada del río Magdalena. Conserva un ecosistema de humedales donde se reproducen peces que dan soporte económico a los pobladores.
En La Charca de Guarinocito la población de la zona y los turistas desarrollan actividades como la pesca artesanal, el camping y el avistamiento de flora y fauna .
Otros distritos en el oriente de Caldas son la Laguna de San Diego, en Samaná, un espejo de agua con 757 hectáreas y el distrito de manejo Cuchilla de Bellavista, en el municipio de Victoria, que ostenta 1.302 hectáreas de bosques templados donde se conservan especies en vías de extinción como el mono Tití Gris. Aunque el ecoturismo aún no tiene gran desarrollo, los visitantes tienen la oportunidad de recorrer y avistar flora y fauna con el acompañamiento de campesinos de la localidad.