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Escuela Nacional de Enfermería

Hoy institución Educativa La Camelia


Carrera 24 #70-029 – Barrio La Camelia
Declarada Bien de Interés Cultural Municipal en Decreto No. 0224 del 26 de septiembre de 2003

Un legado educativo
con historia rural

Este inmueble, hoy sede de una Institución Educativa, tiene sus raíces en la antigua Hacienda La Camelia, propiedad de Félix María Salazar. En 1933 fue heredada por su hijo Roberto Salazar, quien en 1940 la vendió al Departamento de Caldas con el propósito de destinarla a fines educativos.

Desde 1972, la edificación alberga la Escuela de Auxiliares de Enfermería, institución creada dos décadas antes. Desde entonces, ha mantenido su función institucional y ha sido sede de la evolución de la Institución Educativa enfocada en la formación pública con énfasis en salud, convirtiéndose en un símbolo del compromiso de Manizales con la educación.

Arquitectura con la huella de la herencia antioqueña

La edificación original, construida en el siglo XIX, es una casona representativa de la arquitectura de la colonización antioqueña. Fue concebida como vivienda rural para los campesinos de la hacienda, y actualmente se destaca como la única construcción de carácter rural integrada al entorno urbano, en un sector de vocación residencial.

La declaratoria como patrimonio cultural del municipio es un reconocimiento a su buen estado de conservación, la permanencia de su uso institucional y educativo por más de cinco décadas, y su representatividad como ejemplo de la arquitectura rural propia de la colonización antioqueña. Su presencia en un sector urbano de Manizales la convierte en un testimonio vivo del proceso histórico que dio origen a la ciudad.

El edificio contiene la identidad cultural y arquitectónica de la ciudad, ya que guarda las raíces de los colonos que trajeron a mediados del Siglo XIX, sus prácticas agrícolas, su organización social y sus valores culturales con los que fundaron una ciudad pujante. La casa conserva los materiales usados en la época como son las paredes en bahareque, la cubierta en teja de barro, los amplios corredores en madera y las coloridas fachadas.

Detalles constructivos
que cuentan historias

La construcción está elaborada en bahareque encementado, técnica tradicional que combina un entramado de madera con relleno de barro y estiércol, recubierto con cemento. La edificación ocupa 23 metros de frente por 40 de fondo, menos del 15% del terreno total, el cual cuenta con extensas zonas verdes y jardines.

La casona, de dos pisos, presenta techos de teja de barro a cuatro aguas, aleros sobre los andenes, corredores exteriores adornados con chambranas de madera y una destacada conservación de materiales originales. Puertas, ventanas y zócalos están elaborados en maderas nativas, preservando el carácter histórico y cultural del inmueble.

Proyecto apoyado por

©Destino Caldas 2025

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